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La iluminación es uno de los sistemas más importantes en cualquier edificación. No solo brinda visibilidad, seguridad y confort, sino que también influye directamente en la creación de ambientes agradables. Además, representa una parte significativa del consumo energético, por lo que optimizarla es clave para lograr eficiencia energética.
A continuación, te explicamos tres variables fundamentales que inciden en el consumo de energía asociado a los sistemas de iluminación, y cómo gestionarlas para generar ahorros:
1. ¿Qué tecnología utilizar?
Entre el año 2000 y 2010 comenzó el auge de la tecnología LED. Aunque al principio su costo era elevado, rápidamente se posicionó como la opción dominante gracias a su eficiencia, durabilidad y precio accesible.
El primer paso para reducir el consumo energético es reemplazar todas las fuentes de iluminación fluorescentes, halógenas o de sodio (consideradas tecnologías antiguas) por luminarias con tecnología LED.
Por ejemplo, una luminaria fluorescente de 100W puede ser sustituida por una LED de 50W, manteniendo el mismo flujo lumínico y generando aproximadamente un 50% de ahorro en consumo.
2. ¿Mis luminarias son realmente eficientes?
El hecho de que una luminaria sea LED no garantiza que sea eficiente. La eficiencia depende de varios factores, como:
Un indicador clave es la eficiencia lumínica, medida en lúmenes por vatio (lm/W), que determina cuánta luz genera una luminaria por cada vatio consumido.
Aquí te mostramos una clasificación orientativa:
Rango de eficiencia (lm/W) |
Clasificación |
Descripción |
Menos de 70 lm/W |
No eficiente |
Consumen mucha energía y ofrecen poca luz. |
70 – 90 lm/W |
Baja eficiencia |
Mejores que tecnologías antiguas, pero aún lejos de lo ideal. |
90 – 110 lm/W |
Eficiencia media |
Adecuadas para usos generales. |
110 – 130 lm/W |
Eficiente |
Buen rendimiento, recomendadas para proyectos eficientes. |
Más de 130 lm/W |
Alta eficiencia |
Excelente opción para eficiencia energética. |
Más de 150 lm/W |
Muy alta eficiencia |
Tecnología de última generación, ideal para entornos industriales o técnicos. |
3. ¿Cómo estoy controlando mi sistema de iluminación?
La forma en que operas tu sistema de iluminación también influye en el consumo energético. Aquí entra en juego la dimerización o atenuación, que permite reducir la intensidad de luz y por ende el consumo según factores como la ocupación del espacio, la luz natural disponible o ajustes manuales.
Ejemplos prácticos:
Implementar sistemas de control con dimerización inteligente puede generar ahorros adicionales de entre un 20% y 30%, haciendo más eficiente la operación del sistema de iluminación.
Estas tres variables, tecnología LED, eficiencia de las luminarias y sistemas de control son clave para lograr ahorros significativos en iluminación.
Autor: Miguel Henao
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